Declarado Paraje Natural en 1989, sus 3200 hectáreas protegidas, permiten al visitante disfrutar entre senderos, barrancos y vegetación mediterránea de diversas actividades de ocio: senderismo, rutas en bicicleta, equitación y visitas culturales.
El nombre de “Desierto” no tiene un origen geográfico, ya que desierto es el término con que los Carmelitas descalzos designan aquellos lugares solitarios y alejados de la población, a los que se retiran para dedicarse a la contemplación y oración. Puesto que en la zona abundaban, y todavía hoy abundan, los palmitos (Chamaerops humilis), el parque pasó a denominarse Desert de les Palmes.
Las tierras del Desert de les Palmes han estado pobladas desde el neolítico, aunque su historia comienza realmente con la llegada de los Padres Carmelitas. Uno de los fundadores y personajes más emblemáticos del Desierto fue fray Bartolomé, del que cuentan que, tanto le gustaba subir al monte de San Miguel que actualmente por todos es conocido como el Bartolo.
El paraje, alberga también el Centro de Interpretación “La Bartola“, donde dispondrá de información sobre la fauna y flora del entorno, además de un centro de recuperación de tortugas, podremos visitar las ruinas del antiguo monasterio de los Carmelitas del siglo XVIII, arrasado en 1783 por unas intensas lluvias torrenciales, el nuevo monasterio, a unos 500 m del viejo y el Museo del Convento, donde podemos admirar objetos religiosos de gran valor histórico, libros, reliquias y los primitivos instrumentos con que los frailes iniciaron en 1896, la elaboración del Licor Carmelitano.